Nutrición para un rendimiento académico óptimo

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La sociedad en la que vivimos ha cambiado sus hábitos en un espacio de tiempo relativamente corto, empeorando notablemente las condiciones de desarrollo corporal de nuestros niños. En este proceso, los medios de comunicación adquirieron una importancia fundamental pasando a formar parte de nuestras vidas, constituyéndose como actual fuente de diversión y de adoctrinamiento, condicionando con ello no sólo nuestra conducta alimentaria, sino también nuestra identidad en la imagen personal.
En nuestra sociedad, cada vez existe mayor interés y preocupación por estar informados sobre el mejor modo de alimentarse para mantener un estado de salud adecuado y un rendimiento académico óptimo, ya que hoy en día es más evidente la relación entre una alimentación saludable y un buen estado de salud.
Ante esta realidad, y teniendo en consideración el grado de desconocimiento que la población escolar presenta en relación a la importancia de una alimentación sana, se hace necesario instaurar unos hábitos saludables adecuados a su nivel educativo y a las condiciones socioculturales en las que se encuentra nuestro alumnado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “Un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Se llama alimentación al acto de proporcionar al cuerpo alimentos y al proceso de ingerirlos. Es un proceso consciente y voluntario, susceptible de modificación y cuya calidad depende principalmente de factores económicos y culturales. Pero en ocasiones se asocia o confunde la alimentación con la nutrición. ¿Es lo mismo? Podemos definir la nutrición como el conjunto de procesos fisiológicos por los cuales el organismo recibe, transforma y utiliza las sustancias químicas contenidas en los alimentos. Ésta puede ser involuntaria e inconsciente dependiendo de procesos corporales como la digestión, la absorción y el transporte de los nutrientes de los alimentos e incluso los tejidos.
Con todo ello podemos asegurar que el estado de salud de una persona viene dado, en parte, por la calidad de la nutrición de las células que constituyen sus tejidos. Por lo que una correcta nutrición ayudará sin duda a conseguir tales propósitos.
Una nutrición idónea es la que cubre:  Los requerimientos de energía a través de la ingestión en las proporciones ideales de nutrientes energéticos, como los hidratos de carbono y las grasas. Estos requerimientos energéticos están relacionados con la actividad física y con el gasto energético de cada persona.  Los requerimientos plásticos o estructurales proporcionados por las proteínas.  Las necesidades de micronutrientes no energéticos como las vitaminas y los minerales.  La correcta hidratación basada en el consumo de agua.  La ingestión suficiente de fibra dietética. La pirámide de los alimentos
Los Nutrientes Entre los nutrientes básicos vamos a encontrar 6 clases:  Carbohidratos: su función principal es aportar energía, pero también se construyen con ellos moléculas que luego forman parte de nuestros órganos.  Proteínas: desempeñan diversas funciones en las células de nuestro cuerpo: forman parte de algunas estructuras (músculos, tendones, piel, uñas...), transportan oxígeno y grasas y son la base de los genes (ADN).  Grasas o Lípidos: la principal función de las grasas es aportar energía al organismo, aunque también forman parte de estructuras corporales.  Vitaminas: No aportan energía, pero sin ellas el cuerpo no sería capaz de aprovechar determinados elementos de nuestra alimentación.  Sales minerales: Son necesarias para la elaboración de tejidos, síntesis de hormonas y determinadas reacciones químicas.  Agua: representa aproximadamente el 75% del peso que tiene una persona al nacer y el 60% cuando es adulta. Las reacciones de nuestro organismo que nos permiten estar vivos tienen lugar en el agua, con lo cual es imprescindible para vivir. En la actualidad, la conducta alimentaria del alumnado se caracteriza por presentar unos hábitos inadecuados (alimentos extraños, comida basura, exceso de azúcares y bebidas gaseosas…) que producen desequilibrios nutricionales y un aumento preocupante de niños con trastornos de la conducta alimentaria (cada vez más jóvenes), cuyas consecuencias nos llevan a hablar no sólo de sus efectos individuales (problemas físicos y psíquicos), sino de su dimensión social.
Para abordar esta problemática debemos incidir, entre otros aspectos, en la actividad física y en la adquisición de unos hábitos alimenticios adecuados. A continuación muestro, de forma resumida, algunos de los resultados de los estudios que relacionan rendimiento académico y déficits alimentarios:  Fatiga, apatía y sueño.  La velocidad de procesamiento cerebral disminuye.  Dificultades en la memoria a corto plazo.
 Disminución de la rapidez y exactitud.  Dificultades en la memoria auditiva y visual a corto plazo.  Memoria inmediata retardada.  Disminución de la fluidez verbal.  Dificultades en pruebas de aritmética y discriminación de estímulos.  Disminución del estado de alerta y la capacidad de reacción.  Reducción de la capacidad física, de la resistencia al esfuerzo y de la capacidad muscular.

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