La fiebre por la tecnología para vestir sigue su curso. A falta de relojes pensados para el gran público, las pulseras para medir el ejercicio físico despiertan interés. Entre los impedimentos para la difusión de estos aparatos se encuentra la disparidad de criterios de medición. No hay una plataforma que reúna los datos, de modo que se puede comrpar cualquier pulsera de medida y después elegir la aplicación para el análisis. Fitbit tiene la suya, Nike con un único modelo en extinción, y Jawbone, igual. Runtastic acaba de sumarse a esta fiebre con Orbit y queda la misma sensación.
Josh Shaeffer, vicepresidente de la firma, insiste en que crecerá a medida que lo haga el software y se integre con el resto de aplicaciones del fabricante. Por ahora mide altura y distancia, pero es incapaz de saber si el usuario va en bicicleta, está en el gimnasio o nadando. La pulsera que funciona tanto con Android como con iOS se integrará tanto con Fit como con Health.
La integración entre móvil y aplicación es sencilla, la visualización también pero es necesario pagar 39 euros anuales por la suscripción Gold, para tener una experiencia mucho más rica y profunda, además de los 119 que cuesta la pulsera.
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